La negativa influencia del empleo temporal y parcial, la persistencia de los bajos salarios y la reducción de las prestaciones por desempleo siguen dejando al bode de la exclusión social a muchas personas, incluso trabajadores y trabajadoras. Para CCOO es imprescindible, por tanto, intervenir en reducir la rotación y la parcialidad de los contratos e incrementar los salarios, unido a la mejora de las prestaciones por desempleo.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) aportaba el pasado 21 de junio los datos sobre los niveles de pobreza en las diferentes Comunidades Autónomas y en el Estado durante el año 2017. En Castilla y León teníamos el año pasado menos personas en riego de pobreza que en 2008 cuando la crisis no había hecho aún tanto daño a los ingresos familiares. En el caso de carencia material severa sólo faltaba un exiguo 0,2% para igualar los datos del 2008. Pero, resulta al menos curioso, y a la vez preocupante, que estando en un periodo de crecimiento económico desde el 2015, no se esté trasladando esta realidad a la mejora de la intensidad en el empleo de las familias y hogares.
En 2017 había más hogares con baja intensidad de trabajo que en 2008 e, incluso, que en 2009 cuando ya se estaba manifestando claramente la tendencia hacia el empobrecimiento paulatino de la población, una tendencia que alcanzó su cota más alta entre los años 2012 y 2013. Los datos constatan que, aunque las medidas de protección a las personas con mayor vulnerabilidad social juegan un papel importante en un momento determinado, no son suficientes si en periodo de crecimiento no se mejoran los ingresos del trabajo, incluidas las prestaciones cuando se carece del mismo.
Desde CCOO creemos que parte de la reducción de la pobreza en nuestra Comunidad ha tenido que ver con el esfuerzo realizado desde el Diálogo Social para establecer, evaluar, adaptar e incluso incorporar cambios que dieran respuesta a las necesidades de la ciudadanía, como son las Ayudas de Emergencia y la Renta Garantizada de Ciudadanía. Además la intervención sindical ha permitido otras ayudas de la Red de Protección, como las destinadas a evitar los desahucios o el reparto de alimentación urgente. Aunque estos apoyos económicos no han logrado, a la vista de los datos, garantizar la totalidad de las necesidades de un importante número de personas, sí que han contribuido a paliar las condiciones más severas de una determinada población castellano y leonesa, y a rebajar el dato de la pobreza hasta el 15,4% en nuestra Comunidad mientras en el resto del Estado se estimaba en el 20,4%.
Aún así, el sindicato tiene que seguir reivindicando para que los que han quedado en la cuneta por efecto de la crisis o por la situación estructural que sufren puedan mejorar sus condiciones individuales. Debemos hacerlo porque es bueno para todos y todas y porque, además puede contribuir a un necesario efecto de mejora del consumo y la activación de la economía que derivará en mayor creación de empleo en nuestro país.